La interrogante
planteada en el titulo puede tener distintas opiniones... Están los que
exageran y plantean que nuestra vida esta en manos de servicios de inteligencia
secretos comandados por Estados Unidos desde que nacemos hasta que morimos.
Otros, más optimistas, afirman que cada uno es dueño de su destino y que todo
lo que pase depende pura y exclusivamente de nosotros.
Siendo un poco mas objetivo, y pensando antes de hablar, uno puede darse cuenta que ninguna de las dos partes tiene razón. O al menos no del todo.
Al nacer, uno se ve atado a muchas cuestiones que son ajenas a nuestra voluntad. Pertenecemos a una sociedad, una clase social, una familia. De allí puede nacer la rebelión. "Yo no elegí esto, ¿Por qué me lo tengo que bancar?", es el planteo de muchos rebeldes. Pero no violentos, sino curiosos.
Uno de los puntos mas interesantes que se puede destacar en la vida de las personas, es el momento donde sentimos curiosidad por esas sorpresas que se esconden detrás de nuevos horizontes y fronteras. Claro que uno puede animarse a cruzarlos. ¿Pero existe la verdadera posibilidad de traspasar esa barrera? Y es aquí donde quiero hacer hincapié.
A lo largo de los años, vamos desarrollando nuevos métodos de vida y de relación con el prójimo. Estos, se generan a partir del contacto que establezcamos en nuestra niñez-adolescencia. El jardín es un instrumento de inclusión social que casi no modifica nuestro futuro. La primaria, sin ser la mas importante, intenta mostrarnos que el compañerismo esta por encima de todo, aunque también se van produciendo algunas actitudes ofensivas hacia los "compañeros". La secundaria, ya más pesada, es la ante-sala de lo que se llama "el mundo adulto". En muchos casos, los profesores de la escuela secundaria prefieren priorizar los valores antes que el estudio. Y ahí es donde se genera un punto de quiebre. Están los que entienden y se plantean que tipo de valores quieren tener para salir a enfrentar el mundo en un futuro. Pero también están los otros, esos a los que no les importa nada saber que es un valor. Son los que yo llamo, "Actores de las desgracias". Por haberlo vivido en carne propia, se cuanto daño se le puede generar a una persona a partir de las palabras. Durante los tres primeros años de la secundaria, era un pibe sumiso que se dejaba pisotear y no imponía respeto. Es que claro, imponer respeto para mi en ese momento significaba convertirme en uno de ellos, y eso era inaceptable. Sin embargo, no causó ningún tipo de estrago importante. Pero este es solo un caso, mi caso. Son varios los suicidios de adolescentes que son maltratados por sus compañeros, o hasta en algunos casos, por sus profesores. Y es que ahí me van a decir "Pero si te suicidas sos dueño de tu vida y de tu muerte, nadie te mató". Si, pero esos pibes que se suicidan por maltrato en el colegio, son pibes que están muertos en vida. No tienen opinión, no tienen derecho a hablar, no tienen nada, porque esos hijos de puta que no quieren ser nadie en el mundo, solo se encargan de ponerle palos en la rueda a los demás para que no avancen en su vida y así ellos no se van a sentir tan fracasados. Otro papel fundamental lo juega la familia. Si uno tiene una casa, un plato de comida todos los días, internet, algún tipo de distracción, y contención de los padres, puede llegar a sufrir mucho el maltrato, pero jamás se suicidaría. Y seguro hay excepciones porque como dije antes, nada es absoluto. Pero lo importante no es eso, lo que importa es entender que rol cumple cada uno desde su lugar y que le generamos a los demás cuando actuamos.
Una vez que se logra cruzar esa gran barrera donde se aprende mucho, llega el momento de buscar trabajo o estudiar alguna carrera. Y a partir de aquí, no son más que repeticiones de todo lo mencionado en el párrafo anterior. Siempre va a estar el que te quiere ayudar, el que te quiere arruinar todo, el que le pone un precio a la felicidad, etc. Lo curioso, sería plantearnos de verdad, hasta que punto uno puede decidir que quiere hacer con su vida y que cosas necesita para hacerlo. Como planteé en líneas anteriores, sin una casa, sin un apoyo moral e intelectual de dos padres responsables, sin ejemplos a seguir, uno no puede tomar la batuta y dirigir la orquesta. Cada vez son más los pibes que prefieren hablar mal para pertenecer a una moda y no ser excluidos, que aquellos que tienen ideales buenos y pueden aportar algo positivo al mundo.
De mas está decir, que si nos referimos a la muerte, es algo librado al azar. Se pueden prevenir determinadas cosas, pero si vas por la calle y te cruzas con un hijo de puta como la hiena barrios, ya está, todo lo que hiciste antes queda en la nada por culpa de un inconciente. Un inconciente que seguro abusó de sus compañeros en la secundaria. Un inconciente que no tiene educación. Un inconciente que no tiene respeto por la vida. Ser un inconciente, antes de ser un peligro para uno, es un peligro para los demás.
Siendo un poco mas objetivo, y pensando antes de hablar, uno puede darse cuenta que ninguna de las dos partes tiene razón. O al menos no del todo.
Al nacer, uno se ve atado a muchas cuestiones que son ajenas a nuestra voluntad. Pertenecemos a una sociedad, una clase social, una familia. De allí puede nacer la rebelión. "Yo no elegí esto, ¿Por qué me lo tengo que bancar?", es el planteo de muchos rebeldes. Pero no violentos, sino curiosos.
Uno de los puntos mas interesantes que se puede destacar en la vida de las personas, es el momento donde sentimos curiosidad por esas sorpresas que se esconden detrás de nuevos horizontes y fronteras. Claro que uno puede animarse a cruzarlos. ¿Pero existe la verdadera posibilidad de traspasar esa barrera? Y es aquí donde quiero hacer hincapié.
A lo largo de los años, vamos desarrollando nuevos métodos de vida y de relación con el prójimo. Estos, se generan a partir del contacto que establezcamos en nuestra niñez-adolescencia. El jardín es un instrumento de inclusión social que casi no modifica nuestro futuro. La primaria, sin ser la mas importante, intenta mostrarnos que el compañerismo esta por encima de todo, aunque también se van produciendo algunas actitudes ofensivas hacia los "compañeros". La secundaria, ya más pesada, es la ante-sala de lo que se llama "el mundo adulto". En muchos casos, los profesores de la escuela secundaria prefieren priorizar los valores antes que el estudio. Y ahí es donde se genera un punto de quiebre. Están los que entienden y se plantean que tipo de valores quieren tener para salir a enfrentar el mundo en un futuro. Pero también están los otros, esos a los que no les importa nada saber que es un valor. Son los que yo llamo, "Actores de las desgracias". Por haberlo vivido en carne propia, se cuanto daño se le puede generar a una persona a partir de las palabras. Durante los tres primeros años de la secundaria, era un pibe sumiso que se dejaba pisotear y no imponía respeto. Es que claro, imponer respeto para mi en ese momento significaba convertirme en uno de ellos, y eso era inaceptable. Sin embargo, no causó ningún tipo de estrago importante. Pero este es solo un caso, mi caso. Son varios los suicidios de adolescentes que son maltratados por sus compañeros, o hasta en algunos casos, por sus profesores. Y es que ahí me van a decir "Pero si te suicidas sos dueño de tu vida y de tu muerte, nadie te mató". Si, pero esos pibes que se suicidan por maltrato en el colegio, son pibes que están muertos en vida. No tienen opinión, no tienen derecho a hablar, no tienen nada, porque esos hijos de puta que no quieren ser nadie en el mundo, solo se encargan de ponerle palos en la rueda a los demás para que no avancen en su vida y así ellos no se van a sentir tan fracasados. Otro papel fundamental lo juega la familia. Si uno tiene una casa, un plato de comida todos los días, internet, algún tipo de distracción, y contención de los padres, puede llegar a sufrir mucho el maltrato, pero jamás se suicidaría. Y seguro hay excepciones porque como dije antes, nada es absoluto. Pero lo importante no es eso, lo que importa es entender que rol cumple cada uno desde su lugar y que le generamos a los demás cuando actuamos.
Una vez que se logra cruzar esa gran barrera donde se aprende mucho, llega el momento de buscar trabajo o estudiar alguna carrera. Y a partir de aquí, no son más que repeticiones de todo lo mencionado en el párrafo anterior. Siempre va a estar el que te quiere ayudar, el que te quiere arruinar todo, el que le pone un precio a la felicidad, etc. Lo curioso, sería plantearnos de verdad, hasta que punto uno puede decidir que quiere hacer con su vida y que cosas necesita para hacerlo. Como planteé en líneas anteriores, sin una casa, sin un apoyo moral e intelectual de dos padres responsables, sin ejemplos a seguir, uno no puede tomar la batuta y dirigir la orquesta. Cada vez son más los pibes que prefieren hablar mal para pertenecer a una moda y no ser excluidos, que aquellos que tienen ideales buenos y pueden aportar algo positivo al mundo.
De mas está decir, que si nos referimos a la muerte, es algo librado al azar. Se pueden prevenir determinadas cosas, pero si vas por la calle y te cruzas con un hijo de puta como la hiena barrios, ya está, todo lo que hiciste antes queda en la nada por culpa de un inconciente. Un inconciente que seguro abusó de sus compañeros en la secundaria. Un inconciente que no tiene educación. Un inconciente que no tiene respeto por la vida. Ser un inconciente, antes de ser un peligro para uno, es un peligro para los demás.